Fashion Insider: Dra. Inés Corujo Martín
Converso con la académica española sobre la importancia de los estudios de moda
Hoy les presento una entrevista que espero muestre un pedacito de lo que hay detrás del trabajo de lxs académicxs en los estudios de moda.
La entrevistada es la Dra. Inés Corujo Martin, académica en estudios de moda hispánicos, con base en NYC. Inés tiene un doctorado en Literatura Hispánica y Estudios Culturales por la Universidad de Georgetown. Su investigación se centra en la literatura y cultura visual y material de España y Latinoamérica del siglo XIX con un enfoque en estudios de género y estudios transatlánticos.
Inés es Assistant Professor of Humanities en New York City College of Technology of The City University of New York, donde enseña y dirige trabajos de investigación en estudios hispánicos e historia de la moda. Su proyecto de investigación actual analiza el rol socio-cultural de objetos de moda y accesorios con relación a cuestiones de formación de la identidad en la España y América Latina del siglo XIX desde una perspectiva transnacional.
Inés fue de las primeras académicas con las que tuve el tremendo placer de conversar cuando decidí cambiar de rumbo hacia la academia y la que me motivó a continuar por este camino. Es una profesional brillante y de las que viene luchando desde hace años por darle a los estudios de moda la seriedad y el lugar que se merecen.
De más está decir que admiro muchísimo su trabajo, entonces, sin más, ¡te dejo con nuestra conversación!
Inés, quiero empezar por lo más básico: ¿cómo llegaste a los estudios de moda?
¡Claro! Bueno, cuando cursaba mis estudios de doctorado y estaba recopilando material bibliográfico para un seminario de Historia del Arte, cayó en mis manos, por casualidad, el volumen colectivo de Regina Root, *Latin American Fashion Reader.* Me llamó muchísimo la atención el título, especialmente porque nunca había considerado que la moda pudiera ser una disciplina académica. Pero lo cierto es que lo leí, quedé fascinada y para ese curso en cuestión terminé utilizando el volumen de Regina y otros trabajos que descubrí que relacionaban la moda con estudios de género para estudiar, en concreto, este tema en la pintura de artistas españoles como Velázquez, Goya y Sorolla.
¡Y la verdad es que se me amplió la mente como no lo había hecho ninguna otra clase!
Entonces, ese verano empecé a darle vueltas al tema y me puse en contacto con Regina Root. Ella fue extremadamente amable, muy alentadora y me recomendó una serie de lecturas, entre ellas de The Handbook of Fashion Studies. También me recomendó otro libro escrito por ella, Couture and Consensus: Fashion and Politics in Postcolonial Argentina, así como una serie de artículos y de libros que empecé a leer ese verano.
Para ese entonces yo estaba terminando mi segundo año de estudios de doctorado y, siendo un programa de cinco años, al siguiente tenía que tomar los exámenes doctorales y definir mi propuesta de tesis doctoral. Me fascinó tanto el tema y, especialmente, me despertó una curiosidad tan auténtica, que decidí darle un giro a mi investigación y centrarme en la representación de la mujer en el siglo XIX, pero a partir de la moda, incluyendo tanto la narrativa de la época como las revistas de moda (en concreto, las revistas de moda decimonónicas fundadas y dirigidas por mujeres de letras como Pilar Sinués de Marco o Emilia Serrano de Wilson).
A partir de la moda, encontré una línea de investigación que me daba pie a conjugar diferentes disciplinas, como la teoría y la crítica cultural, la historia del arte y la historia, y los estudios de género, pudiendo experimentar y al mismo tiempo dar salida a mi propia voz crítica.
Es increíble cómo, si bien todas tenemos historias distintas, algo que nos une es esa sorpresa al descubrir que no estamos solas en este interés por estudiar la moda de manera más seria, ¿no? Y creo que ese sentido de comunidad es clave para seguir adelante en un campo como éste. En tu caso, ¿has tenido mentores en este camino?
Sí, sin lugar a dudas mi primera mentora en los estudios de moda fue Regina Root, que fue profesora dentro de mi comité de tesis doctoral y con la que estuve en contacto constante durante este proceso. Realmente ella es una académica pionera en este área de investigación en los Estados Unidos, alguien que contagia pasión por lo que investiga y que me animó a seguir este camino, a pesar de que yo tenía algunas dudas iniciales porque no contaba con una formación previa en historia de la moda.
Fue ella realmente la que incorporó este tema hace décadas en los estudios hispánicos e hizo ver su relevancia con sus publicaciones. Además, me recibió en este ámbito con mucha generosidad y cercanía, lo que siempre he apreciado mucho de ella.
Otras grandes influencias han sido, sin duda, Valerie Steele, que es un referente indiscutible, Elizabeth Wilson, Anne Hollander, Christopher Breward, Roland Barthes y, muy especialmente Daniel Miller, que tiene muchas publicaciones sobre objetos y prendas en concreto. Ya que mi tesis doctoral estuvo enfocada en accesorios de moda femenina durante el siglo XIX, como el mantón de Manila, su trabajo fue muy importante a la hora de dar forma a mi investigación.
Además, el trabajo de Joanne Entwistle me abrió la mente. Me cambió mucho la perspectiva sobre la forma en la que tenía yo de entender la ropa que nos cubre porque ella lo que defiende, básicamente, es que toda la ropa que llevamos actúa como nuestra segunda piel y forma parte de lo que somos como identidad, a nivel individual y colectivo.The Fashioned Body, uno de los libros más emblemáticos del trabajo de la Dra. Joanne Entwistle
¿Cuáles dirías que han sido los mayores retos en este camino académico?¿Y lo más gratificante?
El mayor reto fue decidir especializarme en un ámbito que todavía gran parte de académicos en Estados Unidos, y concretamente en el mundo de los estudios culturales hispánicos, todavía no ha sido explorado con profundidad, que son los estudios de moda. Pienso que todavía en ciertos círculos (aunque progresivamente menos) se continúa considerando como un tema académico frívolo, poco serio y entendido casi siempre desde la vertiente comercial de la moda como hija del capitalismo, sin tener en cuenta el aspecto estético e intelectual que tiene detrás.
Además, elegí enfocarme en un tema de investigación que no se había tratado antes en el departamento de estudios hispánicos donde yo estaba, el Departamento de Español y de Portugués de la Universidad de Georgetown, donde no había ningún especialista en el terreno de la moda. De hecho, fui la primera estudiante doctorado en investigar este tema, lo que lo hizo muy satisfactorio. Pero esto hizo que tuviera que realizar gran parte de la investigación doctoral de manera independiente y leer mucho por mi cuenta. De alguna manera, tuve que auto-enseñarme a través de lecturas y seminarios, lo que hizo que empezara a asistir a conferencias sobre estudios de moda, como “Representaciones de la moda y el vestido en las literaturas hispánicas”, organizada por Lehman College of The City University of New York.
Durante estancias de investigación que realicé en el extranjero — pasé un semestre entero en España, estuve un tiempo en París, también estuve en Buenos Aires y en algunas bibliotecas de Estados Unidos como la Hispanic Society of America en Nueva York — fui conociendo y conectando con académicxs con interés y especialización en los estudios de moda.
Por otro lado, también me sorprendió — ¡y me sorprende al día de hoy en realidad! — la escasez de especialistas en estudios de moda en universidades en todo el mundo. Porque fuera del Reino Unido, Australia o la ciudad de Nueva York, prácticamente no hay programas especializados de posgrado sobre estudios de moda, ¡y tampoco de doctorado! Hay muy pocos en el mundo, lo que me continúa llamando la atención porque sí que hay programas de doctorado con concentraciones en cine, teoría musical y otros aspectos de la cultura, pero, por alguna razón, existen todavía prejuicios y cierto rechazo y ambivalencia hacia el campo de la moda, ya que en ciertos círculos se considera un tema secundario y periférico.
Además, también es difícil y un gran reto encontrar puestos académicos en estudios de moda en el mundo hispánico, teniendo en cuenta que de por sí ya hay pocos trabajos en el mundo universitario. Pero creo que resulta más complejo al principio porque lo más gratificante, sin lugar a dudas, es que es un tema que me ha llevado a cumplir el sueño de vivir en la ciudad de Nueva York y tener acceso a cantidad de seminarios, exhibiciones en museos y mesas redondas especializadas.
De hecho, en mi primer puesto como profesora universitaria, en Hamilton College, que es una universidad en el norte del estado de Nueva York, tuve la oportunidad de crear y enseñar el curso Fashion and Cultural Identity in the Hispanic World, que diseñé a partir de mi tesis doctoral, y tuvo mucho éxito entre los estudiantes. Recientemente, en mi actual universidad, creé el curso Latin American Fashion & Culture, el primero en la City University of New York que ofrece una aproximación a la moda desde una perspectiva latinoamericana.
Además, al ser un tema nicho, he tenido la oportunidad de publicar bastante. Entre mis recientes publicaciones destaca un capítulo en el volumen publicado por Bloomsbury Fashioning Spain, From the Mantilla to Rosalia, en el que contribuye con un estudio sobre la mantilla española y cuestiones de identidad y formación nacional en la España moderna y contemporánea. También publiqué un capítulo sobre moda y deconstrucción en el volumen Teorías contemporáneas del arte y la literatura, publicado por la editorial Tecnos. En este caso fue interesante porque fue un profesor de la Universidad de Granada quien se puso en contacto conmigo porque buscaban un capítulo sobre teorías de moda y su relación con el arte y teorías visuales. Con todo esto quiero decir que, aunque encontrar trabajos en universidades cuesta, a nivel de publicaciones y asistencia a conferencias me he mantenido muy activa en los últimos años por mi mismo tema de investigación, lo que ha sido realmente gratificante y muy enriquecedor.
La verdad es que yo llegué a ti, justamente, por lo nicho de tu investigación — recuerdo perfectamente lo frustrante que era en un comienzo leer sobre Estados Unidos y Europa, o más específicamente París o Londres, como mucho, pero encontrar poco y nada sobre Latinoamérica o España. Y, realmente, si bien como cuentas es muy difícil abrirse camino, es súper inspirador ver cómo has logrado sacarle el jugo a esos retos para poder posicionarte y seguir creciendo. Teniendo todo esto en cuenta, ¿cuál dirías que es la lección más importante que has aprendido en tu trayectoria?
Ser persistente y fiel a tus valores, y también creer en tu intuición y en el tema que estás investigando. Para mí la moda es una parte esencial de la cultura y es un fenómeno crucial para entender la representación del individuo, y cómo se forjan y se proyectan ideas colectivas. Realmente es fascinante porque puedes adentrarte en toda una coyuntura histórica desde una perspectiva material. Mi convicción de que la moda es un tema académico legítimo se ha ido fortaleciendo con los años y, por eso, creo que la lección más importante es que tienes que hacer lo que te llame por dentro, y ser persistente y consistente con eso.
Y si tuvieras que darle un consejo a alguien que esté empezando en el mundo académico, ¿cuál sería?
Escoger un tema en el que uno crea y que al mismo tiempo le despierte fascinación. Creo que, haciendo esto, el resultado final no solo es más satisfactorio, sino que el proceso de investigación, que puede ser muy largo, se disfruta en mayor medida.
Hay que tener en cuenta que cuando eliges un tema de investigación te acabas casando con él, ya que vas a pasar muchos años enfocado en este único tema. De ahí que tenga que existir interés real en lo que estás investigando y tener muy claro por qué tú crees que ese tema que estás investigando tiene que salir a la luz, tiene que ser recuperado o tiene que ser abordado desde otro ángulo, y, finalmente, tienes que demostrar por qué es importante. Así que, si no crees en lo que haces, yo creo que no tiene mucho sentido.
Hay otro aspecto importante y es que se tiene que atraer a otros académicos hacia este tema porque hay todavía muchos temas por desarrollar en la cultura peninsular y latinoamericana relacionados con la moda, básicamente porque se ha hecho poco. Especialmente, lo que recomiendo es volver a las fuentes primarias y, si es posible, de manera directa — viajar al lugar de archivos o bibliotecas de museos, que son donde generalmente se conservan. Cuando yo estaba estudiando accesorios tuve la suerte de que pude ir a museos y examinar estos objetos materiales directamente lo que, sin duda alguna, fue muy útil y enriqueció mi proyecto.
Algo que pienso es clave, y me gustaría conocer tu opinión al respecto, es sacar estos conocimientos de la academia para poder aplicarlos a las prácticas contemporáneas en la industria de la moda. ¿Por qué crees que es importante para diseñadores y otros profesionales de la industria el conocer sobre la historia y la teoría de la moda?
La moda es un proceso cíclico, que está en constante renovación y reciclaje, y conocer la historia de la moda y la teoría que existe alrededor de ella puede ayudarnos a entender cómo la moda se repite a lo largo del tiempo. Además, la moda es un proceso dinámico que se enriquece cuando se analiza de manera paralela la literatura y la cultura de la época porque, en realidad, hablar de moda es hablar de estética, de política, de clase social, de raza, de género, de consumo, de globalización, incluso de cómo se entiende el cuerpo o cómo se teoriza sobre el cuerpo en un momento determinado.
Por otro lado, estudiar la moda es recuperar valores del pasado que siguen resonando hoy día — es una forma de plasmar o, de alguna manera, de reconstruir la historia y emprender un viaje al pasado desde un ángulo material que pienso que es fascinante.
En tu experiencia viviendo y trabajando en Nueva York, un lugar que cada vez se solidifica más como una base para el desarrollo de la moda latina, ¿cómo ves la moda de España y de Latinoamérica en el escenario internacional?
Yo creo que estamos en un momento de creación artística importante, en la que tanto diseñadores de América Latina como de España están posicionándose de manera internacional, sin duda.
Concuerdo contigo, aunque no es fácil, cada vez hay más y más marcas que nos representan a nivel global. Pero creo que el salir del país de origen y posicionarse entre marcas francesas, por ejemplo, trae una gran problemática: la de la apropiación cultural, una práctica en la que caen incluso las marcas locales, en este afán por ser atractivas en un nuevo mercado. ¿Cómo piensas que se puede usar la teoría o la historia de la moda para cambiar estas prácticas?
Yo pienso que es esencial respetar las ideas que hay detrás de cada prenda y reconocer cómo cada comunidad las ha utilizado como forma de expresión cultural. Además, pienso que es responsabilidad tanto de diseñadores como de consumidores tener en cuenta que estos objetos sartoriales no deberían de perder el significado que tienen en el momento en el que se comercialicen, ya que son parte indiscutible de la cultura.
Lo cierto es que cuando pasan a ser un bien material e indumentario masificado, pierden ese valor, y la apreciación se convierte en algo superficial. Por ello, también es importante legitimar la herencia de cada colectivo cultural y tener en cuenta que es propiedad intelectual de la comunidad de la que viene. Por supuesto, y a pesar de que esta línea entre lo que es apropiación e inspiración muchas veces no queda clara, es importante trabajar directamente con las comunidades en este proceso.
Y ya para finalizar, ¿cómo piensas que podemos usar los estudios de moda para avanzar hacia la igualdad y diversidad?
La historia de la moda tradicionalmente ha respondido a un modelo eurocéntrico, etnocéntrico y elitista, y con una perspectiva occidentalizada. En este sentido, descolonizar la moda, o sea utilizar la moda para descolonizar Latinoamérica y otras regiones del mundo, es fundamental para estar en contacto con la realidad de diversidad racial y cultural que nos rodea, además de favorecer y apreciar lo local.
Esto me recuerda a cuando investigué el mantón de Manila, que era de origen oriental y que tuvo mucha repercusión entre las clases populares españolas en las últimas décadas del siglo XIX. En realidad, su uso se contraponía en la época a una visión monolítica de la moda y muy elitista que solo parecía que podía provenir de París, entonces fue una reacción contra un modelo que se imponía desde el extranjero.
En este sentido, lo que creo es que hay que tener en cuenta es que la moda es un tema complejo, además de entender que hacen falta perspectivas que tengan en cuenta la otredad y la hibridez racial. También hay que tener en cuenta que los estudiantes en estudios de moda tienenhr diferentes orígenes y es muy probable que no se vean a sí mismos representados en una moda que es completamente eurocéntrica. Entonces, utilizar el estudio de la moda para reconocer la igualdad y diversidad que existe en el mundo, reconstruir esta idea de que solo viene de París o de determinadas revistas, es fundamental.
*Esta entrevista ha sido editada por extensión y claridad.