Hoy vuelvo por estos lares con una nueva organización para el newsletter. Como comenté en el número de febrero, en los últimos meses prioricé el trabajo – y la vida – por fuera de lo digital y no había logrado encontrar un ritmo constante para manejar y hacer crecer el newsletter.
Pero, finalmente, después de un largo proceso de repensar el futuro de este espacio… voilà 💫 Te doy la bienvenida a Fashion Thoughts 2.0 💁🏻♀️
El cambio más grande es que empezarás a recibirlo más seguido. La meta son tres números al mes divididos de la siguiente forma:
Fashion Insider: entrevistas a profesionales de la moda. Esta sección es la evolución de los Story Time que comenzaron como lives en mi cuenta de Instagram durante la pandemia.
Trend Tuesday: estos serán números más cortos, enfocados en identificar ideas innovadoras en la industria. Pueden ser desde mini reportes de tendencias hasta highlights de marcas con conceptos novedosos.1
Fashion Thoughts: un espacio para acortar la brecha entre la industria de la moda y los estudios de moda, analizando temas actuales a través de una perspectiva crítica.
Así que, para inaugurar esta nueva etapa de Fashion Thoughts, me emociona presentarte a la fashion insider de este mes: Valeria Akl. Valeria es politóloga de la Universidad de los Andes de Colombia y tiene una maestría en Fashion Cultures del London College of Fashion. De hecho, nos conocimos en este lado del mundo, poco después de que las dos termináramos las maestrías.
Su trabajo me capturó desde que lo descubrí, ya que ha logrado combinar las ciencias políticas con los estudios de moda para investigar la moda a través de un prisma internacional. En su tesis de maestría, observó la construcción de marca país en Colombia y cómo tanto actores estatales como no estatales utilizan la moda para avanzar en sus agendas internacionales. A Valeria también le apasiona el media y el periodismo, y actualmente tiene un podcast donde evalúa el alcance internacional de los medios.
Valeria, empecemos por el comienzo, ¿de dónde viene tu pasión por la moda?
Mi pasión por la moda viene desde que era muy pequeña. Siempre me gustaba leer revistas, y la magia y glamour de la industria. Sin embargo, la moda fue una gran frustración para mí porque no la entendía – no entendía, por ejemplo, quién tenía la potestad de clasificar algo como chic o “a la moda” o por qué la moda cambiaba tanto y como lo que alguna vez fue visto como trendy, en unos cuantos años era considerado como poco deseable. También me frustraba mucho porque cuando pequeña no sabía cómo vestirme. Tenía tantas ideas en mi cabeza que era muy difícil para mí decidir qué ponerme.
Creo que esos cuestionamientos son, además de mucho más comunes de lo que pensamos, lo que nos lleva a cada vez más personas a descubrir los estudios de moda. Pero, en tu caso, como para muchas de nuestra generación, ese giro fue algo que tomó tiempo. Cuéntame, ¿cómo decidiste qué carrera estudiar? ¿Tenías en mente dedicarte a la moda cuando tomaste la decisión?
La verdad, yo no fui una de esas personas que siempre supo a qué estaba destinada. A mí, en realidad, me gustaban y me siguen gustando muchas cosas. Siempre me gustaron mucho las ciencias sociales y, el haber crecido en un país como Colombia, me llevó a inquietarme sobre el conflicto armado y las relaciones de poder que existían entre actores al margen de la ley y el Estado.
Como me gustaban tantas cosas y era muy difícil para mí decidir, comencé en antropología pero, unos semestres más adelante, decidí que definitivamente me veía más a futuro como politóloga, aunque mi gusto por el arte, las expresiones estéticas y la moda seguía allí. Una vez, en la biblioteca de la universidad, me topé con libros y bibliografía de académicos de la disciplina de fashion studies y fue en ese momento que me di cuenta que, en realidad, la moda no está nada alejada de la ciencia política y que, de hecho, podía juntar mis dos pasiones para nutrir mi expertise en ciencias sociales.
¡Claro! Y es que aunque muchas personas confunden “estudios de moda” con “diseño de modas”, fashion studies es, en realidad, una disciplina académica que se posiciona entre las humanidades y las ciencias sociales. Ahora, me gustaría que nos cuentes sobre tu recorrido profesional previo a mudarte a Londres para hacer la maestría en estudios de moda.
Antes de mudarme a Londres la verdad no tenía un amplio recorrido profesional. Había trabajado en un centro de investigación sobre crimen organizado en Latinoamérica, como data manager en una compañía de viajes estudiantiles y como freelance writer para una compañía en Estados Unidos. Después de eso, inicié un proyecto junto a Vanessa Rosales, luego de tomar un curso que ella dictaba sobre moda y periodismo. Este proyecto se llamaba Eterna Recurrencia y fue una revista digital donde escribí artículos de actualidad que evaluaban las dinámicas de las industrias de consumo y donde, además, pensaba la moda desde una perspectiva política y económica. Durante ese tiempo, además, administré nuestra presencia en las redes sociales y creé publicaciones que evaluaban temas políticos, de actualidad y de la industria de la moda en el contexto de la era Trump y la post verdad.
Si bien tu experiencia previa no fue toda en moda, sí tenías un recorrido super interesante y que cada vez se acercaba más a esta industria. ¿Por qué decidiste hacer la maestría en estudios de moda en el London College of Fashion?
Apliqué a Parsons Paris, a Stockholm University y al London College of Fashion, y pasé en todas. Finalmente, decidí hacer la maestría en el London College of Fashion puesto que me gustaba mucho el programa, ya que era flexible entre lo académico y lo práctico. Además, esta universidad cuenta con profesores con bastante recorrido y significancia para la disciplina de fashion studies, como la fallecida Djurdja Bartlett, Anna-Mari Almila, Agnès Rocamora y Rosie Findlay. Y Londres siempre había sido mi ciudad soñada, así que me pareció que funcionaba muy bien para lo que esperaba.
Cuéntame un poco más sobre tu experiencia en Londres y en el London College of Fashion. ¿Cumplió con tus expectativas?
Fue definitivamente una experiencia maravillosa. Desafortunadamente, me tocó cuando comenzó la pandemia, así que me vi obligada a hacer la mitad del programa de manera virtual.
La primera mitad cumplió todas mis expectativas – teníamos salidas de campo, el material era muy bueno, el campus era ideal y las clases eran excelentes ya que habían profesores invitados. La verdad, pasé la mayor parte de mi tiempo en la biblioteca, que tenía una colección y bases de datos excelente.
Durante la pandemia, vi otra cara de Londres. Al inicio del COVID-19, salía mucho a caminar y a deambular por las calles junto con mi roommate. Vivía en una casa con un jardín comunal enorme, y eso fue una bendición porque en las mañanas salía a hacer ejercicio en el jardín y en las tardes me recostaba en el pasto a leer o hacía picnic con vecinos y amigos.
En general, mi experiencia en Londres fue muy gratificante, fui muy feliz allí. Londres es una ciudad que lo tiene todo y siempre hay algo nuevo por descubrir. Definitivamente me encantaría volver.
Debo decir que me identifico con lo que comentas de la biblioteca – en mi caso, yo también viví en la de Parsons Paris los casi dos años que duró mi maestría. Son lugares con recursos realmente increíbles. Y hablando más sobre bibliotecas e investigación, ¿cuál fue tu tema de investigación y cómo evolucionó a lo largo del programa?
Desde el inicio del programa, supe que quería fusionar mis antecedentes de relaciones internacionales con fashion studies, así que sabía que ese era el tema que quería emprender. El primer semestre de mi maestría tomé una clase con Rosie Findlay que se llamaba Circuits of Fashion, donde hubo un segmento donde nos dedicamos a estudiar el branding. A partir de las lecturas de Adam Arvidson, por ejemplo, vi evidente la manera de conectar relaciones internacionales con fashion studies: a través del nation branding o la marca país.
Una vez tuve claro esto, vi como necesario tener en cuenta tanto actores estatales como no estatales, ya que en el actual contexto los actores no estatales (corporaciones, terroristas, organizaciones de crimen organizado, celebridades, entre otros) tienen un papel importante en el sistema internacional. Así mismo, para los actores no estatales decidí observar marcas de “lujo” de swimwear colombianas ya que este tipo de prendas representan una gran significancia en la industria de la moda nacional.
Y es que, aunque, muchas veces es vista como superficial, la moda juega un rol clave en la construcción de la marca país, y no solo en Colombia, sino alrededor del mundo. Tu tesis de maestría es un caso de estudio maravilloso que se puede aplicar, también, a otros países latinoamericanos. Yo lo veo muy claro en el caso de Perú. Además, aunque los estudios de moda parecen algo muy nicho, en realidad, esos conocimientos son útiles en muchos sectores, algo en lo que tú también tienes experiencia. Ahora que ya ha pasado un tiempo desde que te graduaste, ¿a qué te dedicas y cómo conectas esto con los estudios de moda?
Actualmente trabajo como consultora de comunicaciones estratégicas en una multinacional, donde ayudo a clientes a posicionarse ante sus stakeholders de interés y a salvaguardar su reputación en momentos de crisis.
Así mismo, inicié un proyecto que amalgama mi pasión por entender los medios, la geopolítica, la moda, la cultura popular y el consumo. Es un podcast que se llama Poder, Glamour & Gloria, donde buscamos hacer sentido de las conexiones de poder que se presentan en diversos campos cotidianos. A través de las relaciones internacionales, la cultura, la estética, la industria del cine y de la moda se observa la manera en que tanto actores estatales como no estatales crean imaginarios y tropos que pueden resultar no del todo verídicos.
¿Y cuáles son los mayores retos, ya sea como consultora o como emprendedora?
Actualmente, pienso que mi mayor reto es posicionar mi podcast y desarrollarme como emprendedora.
Y ya para finalizar, ¿qué consejo le darías a alguien que quiere seguir un camino parecido al tuyo?
Pienso que para incursionar en este camino, lo más importante es la disciplina, la determinación y, aunque suene cliché, la fe en uno mismo. Es un campo que es muy nicho y no mucha gente lo va a entender en primera instancia. Así que lo importante es buscar o crear un trabajo que se acople a las necesidades personales. Esto, sin duda, es un trabajo de todos los días.
No quiero tampoco caer en la falacia del toxic positivity, porque es verdad que los sueños no sólo se cumplen porque sí, ya que existen muchas barreras sociales que pueden complicar las circunstancias. Pero lo más importante es ser disciplinado con esa meta que quieres lograr, y si sientes que no puedes, está bien pedir ayuda.
Tanto la industria de la moda como la academia en Latinoamérica todavía tienen una perspectiva muy ingenua de lo que significa la moda. Y en esta región es importante crear espacios que desafíen esas nociones. He visto que en Colombia y México esto ha comenzado a ocurrir, pero todavía hay mucho camino que recorrer.
También pienso que lo más importante es acercarse a las personas y hacer networking. La pandemia de muchas maneras lo ha facilitado porque ahora es socialmente aceptable contactar a las personas directamente en redes sociales, como LinkedIn. Lo importante es acercarse, preguntar y, si te dejan en “leído”, la verdad nada se pierde.
¡Muchas gracias por llegar hasta aquí! ✨
Si te interesa conocer un poco más sobre el trabajo de Valeria, puedes seguirla en Instagram, TikTok, y LinkedIn o contactarla a través de su correo, valeriaakl1@gmail.com.
Si tienes una marca o un proyecto que quieras incluir en esta nueva sección, por favor contáctame respondiendo a este correo o a través de mi página web: https://www.sandramgr.com/contacto